La vasta
tradición dancística y musical de Michoacán brilló en el principal recinto para
el arte en el país, el Palacio de Bellas Artes, que recibió a la
K'uinchekua, fiesta en la que los cuatro grandes "pueblos"
indígenas reafirman sus raíces y se funden en el orgullo de la identidad
michoacana.
El
gobernador Salvador Jara Guerrero, acompañado por su esposa Catherine Ettinger;
por el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta),
Rafael Tovar y de Teresa, y por el secretario de Cultura estatal, Marco Antonio
Aguilar Cortés, presenció en la ciudad de México los 15 cuadros de danza y
música tradicional que en conjunto ofrecen una muestra de la riqueza del
sincretismo que mantiene la vitalidad de la cultura en Michoacán.
La
presentación en el Palacio de Bellas Artes dio cuenta del interés que hay por
la cultura de Michoacán en la capital del país, toda vez que los boletos para
tener acceso a la K'uinchekua se agotaron en sólo una hora; la fiesta entonces,
inició con la Danza del Corpus, a cargo de mujeres de la comunidad de San Pedro
Zipiajo, municipio de Coeneo, que regalaron pan entre el público. Con el acto
de compartir, los indígenas agradecen a la tierra sus frutos.
Las danzas
prehispánicas, de conquista, de carnaval y algunas costumbristas, se entretejieron
con valonas del Valle de Apatzingán, con cantos de pireris como Avelina Díaz
Reza y la niña Alma Delia Gabriel Jacobo; con la música de la Banda Cerro del
Águila de Quinceo, de la Orquesta Ueramani de Sicuicho, y el Mariachi Ordaz de
Purépero, que cobijó a la voz de Teresa Ocaranza en su recorrido por la canción
vernácula.
"¡Qué
lindo, pero que lindo es Michoacán!", "¡Viva la costa
michoacana!" y "¡Arriba el pueblo Purépecha!", fueron algunas
expresiones con las que el público se dejó sentir festivo y orgulloso de la
ofrenda de tradición e historia que las etnias nahua, mazahua, otomí y
purépecha compartieron en el Palacio de Bellas Artes, para demostrar desde ahí que
la característica más importante de nuestro estado es la diversidad y riqueza
de su cultura.
"Se
trata de una celebración que nos une de manera festiva como comunidad y donde
actualizamos nuestras raíces más profundas en un pasado común, de intercambio,
de enriquecimiento identitario frente a los otros y frente a nosotros
mismos", apunta Argelia Martínez Gutiérrez, directora de Vinculación e
Integración Cultural de la Secum, respecto al significado profundo de la
K'uinchekua.
El cierre
de la fiesta no podía ser mejor: más de 230 músicos, danzantes y bailadores
-guardianes del patrimonio inmaterial michoacano- fundidos en un sólo canto y
un sólo baile, bajo una lluvia de papeles de colores que también recuerda a la
artesanía. El público, de pie, volcado en gritos y aplausos.
La
K'uinchekua, fiesta grande que es posible gracias a un gran esfuerzo de
organización por parte de la Secretaría de Cultura de Michoacán, se presenta
este lunes 1 de junio en Morelia.