La
Secretaría de Pueblos Indígenas (SPI) valora la pervivencia del juguete
tradicional mexicano, y especialmente aquel de ascendencia indígena,
porque representa tanto la diversidad cultural del país como la apuesta
por el roce social, el desarrollo físico y armónico, consideró el
titular de la dependencia, Martín García Avilés, quien en el marco del
festejo de los Reyes Magos recomendó regalar estos instrumentos lúdicos.
“El juego, desde siempre, ha facilitado la socialización y el
aprendizaje que le es propio, por lo que vale la pena recordar que,
contra la violencia y el individualismo que promueven los juguetes
bélicos y los enseres digitales, los tradicionales son juguetes para la
celebración grupal o el placer inofensivo”, señaló.
Recordó que cabeceras municipales como Uruapan, Pátzcuaro, Quiroga,
Paracho, Cherán y Tzintzuntzan, así como las comunidades de Aranza,
Capacuaro, Pichátaro, Sevina y muchas más, mantienen la confección
artesanal de juguetes, con el colorido característico del trompo, el
yoyo, el caballito o el balero, que además son una fuente importante de
empleo, por lo que espera que los regalos de inicio de año contribuyan
al reflorecimiento de esta tradición.
“Este Día de Reyes podemos regalar una bolsa de canicas, un balero o
rehilete para los vientos de enero”, señaló el funcionario, quien agregó
que la lista es grande, e incluye muñecas de trapo o de cartón,
silbatos de barro, carritos de madera, cornetas o mariposas de hojalata;
juguetes que giran o que ruedan; y otros con los que se salta o se
adivina, y casi siempre para divertir y enseñar, y sin ninguna duda,
para desarrollar la creatividad.
Se trata, concluyó, “de juguetes que guardan el conocimiento, la
chispa y emoción que nuestros ancestros heredaron en una cascada de
generaciones”.