Muy distinguible ha sido el acto mediático que ha
protagonizado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE),
al realizar una marcha de “protesta” hacia la Nueva Jerusalén, en virtud de los
alumnos que no tienen clases en esa localidad.
Es distinguible la postura de la CNTE,
porque de esa forma los maestros democráticos están cayendo en la cuenta de que
no es cerrando las escuelas como se solucionan los problemas de la educación.
Ojala y esa nueva tesis se aplique para todo el estado.
Esperemos que de la misma forma en la que
exigen que no se deje a los niños de la Nueva Jerusalén sin clases, también
defiendas la educación a que tienen derecho los miles de niños michoacanos que
cada año se ven afectados por los paros que ellos mismos convocan.
Pues resulta incongruente, en la lógica más
elemental, que los maestros de la CNTE en su afán de defensa del derecho a la
educación que le asiste a 300 niños de la Nueva Jerusalén, hayan dejado sin
clases a miles de niños de diversos puntos de la entidad, al realizar la marcha
que no tiene otro fin que acaparar la primera plana de los medios.
La dialéctica marxista, la que casi siempre rige la
movilización de los llamados maestros democráticos, se hizo pedazos en esta demostración
mediática que nos ocupa, en donde el fin ha dejado de justificar el medio, pues
aquí los maestros hicieron del medio mismo el propio fin.
No es extraño que la gente se pudiera preguntar respecto
a los verdaderos motivos y fines de esta caravana, pero menos extraño será no
encontrar la lógica por ningún lado a la actuación oficial de los maestros
democráticos, haciendo parecer que se ocupan de la educación pública, cuando en
realidad es lo que menos les preocupa.
O al
menos nadie puede entender que la incongruencia de la CNTE, qu confunde sus
fines con sus medios, pues el fin que dicen buscar es que no se obstruya la
educación y los medios que usan son exactamente los mismos, es decir,
suspendiendo clases.
Aquí cabe recordar que el fiel de la
balanza, en el ánimo de la población, siempre actuante y pensante sobre el
entorno social, es el que manifiesta el gobierno del estado, que ha sido muy
claro en establecer una estrategia que contempla tres ejes, con respecto a lo
que sucede en la Nueva Jerusalén: Garantizar la integridad de los pobladores,
restaurar el Estado de Derecho y garantizar la educación laica para los niños
de la comunidad.
Hay que recordar la tesis
del gobernador Fausto Vallejo, que establece que no habrá impunidad, pero
tampoco se puede fomentar que provocadores profesionales hagan que suba el tono
del conflicto. Y eso precisamente es lo que pretende la CNTE: provocar para que
se agudice el conflicto.
Hay que recordar que la solución
de fondo al conflicto de la Nueva Jerusalén se tiene que dar solamente garantizando
el Estado de derecho, y el gobierno de
Fausto Vallejo está en ese proceso, en
el que –mediante el dialogo- en un mes se ha avanzado más que en los pasados 39
años de impunidad que se han vivido en esa comunidad.
El gobierno del estado está atendiendo no
solo el problema en Turicato, sino todos los demás que le conciernen, algunos
son temas reales pero otros conflictos, generados por agitadores de la CNTE y
otros grupos radicales, parecen estar siendo diseñados por quienes tienen
interés en desviar la atención de otros temas coyunturales del estado.
La pregunta no debe quedar en el aire, debe
ser planteada en forma correcta, para que la sociedad pueda tener la respuesta
acertada, pues se puede esconder la mano que roba... pero no la mano que gasta,
y en Michoacán aunque se esconda la mano que instiga estos conflictos, está
claro quiénes están usándolos sacar raja política.
El curioso acto circense que los maestros
de la CNTE han montado en Michoacán, en aras de ganar las primeras planas de
los medios locales, se puede revertir: puede suceder que las partes, azuzadas
por la irresponsable actitud de los maestros democráticos, abandonen lo
avanzado sobre el conflicto.
Ojala que la tolerancia, mal entendida durante años en
Michoacán por ciertos grupos radicales, no aliente a la impunidad que hoy se
alimenta de esos actos que solo tratan de confundir y dividir, para beneficio
de unos cuantos y en deterioro de todos como sociedad.