En el año 2009, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico, Michoacán emprenderá una intensa campaña para promover sus artesanías a través de marcas colectivas y así, garantizar en la promoción las virtudes de la marca artesanal que indica la enorme diferencia con los productos industriales.
“En el mundo globalizado en el que ya vivimos, los retos para el artesano son muchos. Ante los embates de nuevas tecnologías existe competencia desigual; pero, afortunadamente su creatividad es reconocida local, nacional e internacionalmente y también se le da un lugar especial al objeto creado a mano al que se le pone un pedacito de corazón a cada objeto”, opinó José René Carrillo González, director de la Casa de las Artesanías.
Agregó que “la competencia de los mercados internacionales es una realidad a la que los artesanos se han tenido que enfrentar, pero no de ahora, sino desde hace tiempo; por lo que hoy, la línea de trabajo es tener marcas colectivas que le dan al artesano una protección para que nadie use su nombre, éste, que lo ha llevado a la fama en el estado, en el país y en el extranjero”.
La marca colectiva es la marca de una asociación o sociedad de artesanos o productores, legalmente constituidos, para distinguir en el mercado sus productos, a través de un logotipo y un control de calidad certificada por la misma asociación y aprobadas por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y son: el maque de Uruapan; el textil de Angahuan; la guitarra de Paracho; el rebozo de Aranza; el cobre martillado de Santa Clara del Cobre.
De Pátzcuaro la pasta de caña, la manta artesanal y la laca perfilada; de Cuanajo el mueble y el tejido artesanal; en Morelia, su cantera; de Capula las catrinas de barro, la alfarería punteada y tradicional; las ollas de Cocucho y sus guanengos bordados; el deshilado de San Felipe, los diablitos de Ocumicho.
Igualmente gozan ya de protección la alfarería de Zinapécuaro, el bordado y tejido artesanal de Tarecuato; la alfarería de Patamban; las piñas de barro de San José de Gracia; los bordados de Santa Cruz; el tejido artesanal de Turicuaro; las ollas de Zipiajo; el mueble tallado de Pichátaro; las sillas de Opopeo y el juguete artesanal de Michoacán, todos con la denominación región de origen.
Los productos que padecen de competencia desigual son la guitarra de Paracho y la esfera de Tlalpujahua, así como de otro tipo que son elaborados en peltre y aluminio.
Los productos que padecen de competencia desigual son la guitarra de Paracho y la esfera de Tlalpujahua, así como de otro tipo que son elaborados en peltre y aluminio.
