12/12/08

Lamenta el gobierno del estado el fallecimiento de la señora Amalia Solórzano

Morelia, Mich. a 12 de diciembre de 2008.- El Gobierno del Estado de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, Leonel Godoy Rangel, señaló que hoy el pueblo michoacano ha sufrido una gran pérdida por la muerte de doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas, por ese motivo queremos decirle a la familia Cárdenas Solórzano que estamos con ellos en su dolor, porque Michoacán y México han perdido a una gran mexicana que fue compañera del mejor presidente de México del siglo XX, y por dicho suceso el gobierno de Michoacán está de luto.

Godoy Rangel externó que lamenta el sensible fallecimiento de Amalia Solórzano Bravo viuda del general Lázaro Cárdenas, ocurrido este viernes en la capital del país y expresa sus condolencias por el deceso de la distinguida michoacana, al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y al antropólogo Lázaro Cárdenas Batel, hijo y nieto de doña Amalia y ex gobernadores del estado.

Cabe señalar que la esposa del general Cárdenas nació en Tacámbaro, Michoacán en 1912, en el seno de la familia conformada por Cándido Solórzano Morales y Albertina Bravo Sosa, así como siete hermanos, conoció al General Lázaro Cárdenas cuando él realizaba campaña proselitista en el balcón de la Tierra Caliente, para obtener la candidatura a la gubernatura del estado.

El general Cárdenas y la señora Amalia, se hicieron novios en la huerta “Los Pinos”, nombre con el que, años más tarde, Cárdenas del Río, bautizaría a la residencia oficial, una vez que llegó a la Presidencia de la República, y que hasta la fecha continúa.

Del matrimonio celebrado en 1932 nacieron Palmira, quien falleció a temprana edad, y Cuauhtémoc, siendo quien siguió los pasos de su padre al ocupar cargos públicos, ser gobernador del estado, aspirar a la Presidencia de la República y fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Su participación política más importante la realizó con la conformación de un comité femenino que presidió una colecta en el Palacio de Bellas Artes en la capital del país para reunir fondos para el pago de la deuda, a raíz de la Expropiación Petrolera.

Asimismo encabezó mítines sindicales, asambleas de intelectuales y reuniones con mujeres, con las cuales, siempre tuvo correspondencia desde su oficina.

En el tema social, fungió un papel determinante en el asilo de los poco más de 450 niños españoles que arribaron a Veracruz en el mes de mayo de 1937, en el barco de vapor Méxique, exiliados de la Guerra Civil Española, desatada por el dictador Francisco Franco, y quienes fueron refugiados en Morelia, en lo que hoy se conoce como el Internado España – México.

Por su labor humanitaria, fue reconocida por el gobierno español con la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, además de múltiples homenajes como el que realizó la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo por su labor a favor de los más necesitados.
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